Cell to Body de BYD: cómo una innovación estructural mejora seguridad, diseño y espacio en vehículos eléctricos

BYD ha introducido una arquitectura revolucionaria llamada Cell to Body (CTB), que lleva su famosa Blade Battery más allá de simplemente ser un paquete de energía: la convierte en parte integral de la estructura del vehículo, aportando mejoras significativas en seguridad, rigidez, eficiencia energética y diseño interior.
Según la marca, esta tecnología ya se utilizó en modelos como el SEAL y el SEALION 7, y recientemente se implementó por primera vez en el segmento de SUV urbanos con el ATTO 2. Al integrar la batería directamente en el bastidor, el vehículo reduce componentes estructurales redundantes, lo que disminuye el peso total y simplifica el proceso de ensamblaje.
Una de las claves de CTB es que la batería no está simplemente insertada en la carrocería, sino que su cubierta superior, su interior y la parte inferior forman un conjunto estructural acompañado de paneles de aluminio con diseño tipo nido de abeja. Esto refuerza la capacidad del vehículo para resistir choques, ya que parte de las fuerzas en impactos frontales y laterales se transmiten a través de la batería misma, reduciendo la deformación del habitáculo.

En el mundo real, esto se traduce en ventajas palpables: los ocupantes podrían beneficiarse de mayor protección en accidentes, con una estructura más rígida que absorbe mejor las fuerzas de choque. Además, al optimizar el espacio dejado por estructuras tradicionales, BYD afirma que modelos como el ATTO 2 ofrecen un maletero con capacidad notablemente competitiva dentro de su categoría, así como más espacio interior relativo al tamaño exterior del vehículo.
Otra mejora viene de la mano de la rigidez torsional de la carrocería, que BYD asegura que crece en un porcentaje significativo gracias al diseño CTB, lo cual mejora la estabilidad, reduce vibraciones y mejora la calidad de conducción (NVH: ruido, vibración, dureza). En resumen: mayor confort, mayor control y mayor seguridad.


